
Los cristianos de todo el mundo enfrentan algo nuevo con el COVID-19. Todos necesitamos del otro – para las ideas, para el aliento, para la esperanza. Nuestra serie «El ministerio en tiempos de COVID-19» se basa en conversaciones virtuales con diversos líderes de todo el mundo, para saber cómo enfrentan y cómo se muestra Dios para unir y fortalecer a la iglesia durante este tiempo.
Ver la conversación en inglés, https://youtu.be/T3zeluHfL2M
El Rvdo. Dr. Carlos Emilio Ham es presidente del Seminario Evangélico Teológico en Matanzas, Cuba y pastor de la Iglesia Presbiteriana-Reformada en Cuba.
¿Cómo se desarrolla el ministerio en su contexto actualmente?
Las autoridades cubanas han sido muy estrictas con el distanciamiento físico, por ello no hemos tenido mucho contacto físico en este tiempo.
Como pastor local, me mantengo conectado con las personas a través de las oraciones y las llamadas telefónicas. Nuestros miembros no están conectados a Internet, y por ende no utilizan las redes sociales. Los visito manteniendo la distancia, en especial a los más vulnerables. Compartimos textos que nos ayudan a tener esperanza: programas de culto, reflexiones bíblicas, etc.
Como director de nuestro Seminario Evangélico de Teología, la vida ha cambiado mucho también. Nuestro campus está cerrado ahora, así que nos tomamos este tiempo para realizar las reparaciones de las instalaciones. Los profesores y estudiantes continúan trabajando académicamente a través de Internet, el teléfono y los correos electrónicos. Y por supuesto, estamos más profundamente conectados a través de la oración.
¿Qué relaciones o asociaciones se están formando entre las denominaciones o grupos de fe?
Somos el seminario teológico ecuménico de Cuba, por lo que en nuestro campus tenemos familias de varias denominaciones, y hemos celebrado el culto durante la Semana Santa y practicamos la intercesión durante esta pandemia tan crítica. Nuestras relaciones y asociaciones van más allá de nuestras líneas denominacionales, y son personales.
También somos un programa interreligioso (Instituto Superior Ecuménico de Ciencias de la Religión) y hemos mantenido la interacción entre estudiantes y profesores durante este tiempo.
¿Cuáles son las lecciones que ha aprendido sobre la fe y su gente que durarán más que la pandemia?
Aprendí a valorar de forma más intencional la importancia de nuestros contactos físicos. Tenemos un dicho en Cuba que dice así: «Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde». Por ello, estamos ansiosos de volver a reunirnos.
Aprendí a usar las redes sociales de manera más responsable para apoyar todo nuestro trabajo.
Aprendí la relevancia de la solidaridad humana. Mi campo académico es la diaconía, y durante esta pandemia hemos estado en varias comunidades de diaconía, sirviendo a los más vulnerables y necesitados (en especial los adultos mayores) proveyendo alimentos, medicina, y transporte.
¿Qué ha revelado la pandemia de COVID-19 sobre las realidades mundiales, especialmente para las poblaciones más vulnerables? ¿Cómo podemos perfilar el futuro pospandémico para que sea más como el reino de Dios para esas personas?
El embargo de EE.UU. ha impactado a Cuba, especialmente durante COVID-19 — tuvo un gran impacto en nosotros económica y socialmente, y sentimos que es una gran injusticia para nuestro pueblo.
Aún así, tenemos médicos de nuestro país que sirven en todo el mundo, y no sólo en Cuba. Hoy en día hay 30.000 médicos en 30 países diferentes, ayudando a otros. Hemos logrado atender las necesidades médicas de otros — y este es un buen ejemplo de un valor importante que está surgiendo durante COVID-19: la solidaridad. Debemos apoyarnos mutuamente, en lugar de castigarnos por razones políticas.
Espero que el resultado sea de apoyo mutuo, para que podamos proclamar y también vivir los valores del Reino de Dios, que según Romanos 14:17, el Apóstol Pablo nos recuerda que los valores del reino tienen que ver con la justicia, la paz, y el gozo en el Espíritu Santo. Podemos reconstruir nuestro mundo de tal manera que podamos vivir estos valores – justicia, paz, y gozo en el Espíritu Santo – en nuestras relaciones. Espero que podamos tener más respeto por nuestra creación, ya que Dios nos llama a ser administradores responsables de la creación. En estos meses de cuarentena, no hemos tenido vuelos de avión, ni las emisiones de gases de efecto invernadero, y ya se puede ver cómo la naturaleza se está recuperando. Confío en que podamos encontrar una estructura más «verde», en lo ecológico, económico y político. Más inclusiva y menos excluyente de las personas por su color, su política, o su origen étnico. Tal vez podríamos construir un mundo solidario. Y los valores del Foro son un buen ejemplo de lo que deberíamos procurar en el futuro. Buscar y trabajar más en lo que nos une, en lugar de lo que nos divide.